La relación con el agua en muchas Diosas es primordial: Afrodita, Coventina, Sulis, Ochún, Yemayá, Sedna, Mehet-Weret, Aegeria, Branwyn o Noctiluca entre otras nos recuerdan el poder regenerador de este elemento, que fluye o se estanca, que rememora las aguas primigenias, dónde toda vida comienza. Si despertamos nuestra memoria celular, en una magnífica noche de luna llena, podemos conectar con la profundidad de nuestra sabiduría y encontrar mensajes propicios para nuestra regeneración y la celebración de los ciclos: Vida/Muerte/Vida. Es un momento perfecto para beber agua de manantiales o gozar de baños en la Naturaleza, incluso en nuestra propia bañera, hacernos el regalo de limpiar, humedecer, fluir y nutrirnos con pensamientos, sentimientos, palabras y actitudes que contribuyan a hacer de nuestro presente un tiempo de gozo y armonía.