UN TIEMPO ESPECIAL..CON UNA PELLIZCO DE HISTORIA


Estamos viviendo un momento “especial” para lo Femenino, much@s de nosotr@s nos hemos propuesto un cambio de conciencia que adopte patrones creativos, intuitivos, asociativos, constructivos y amorosos, abandonando los patrones de sufrimiento, competitividad, manipulación, dominación o conflicto. Al recordar la importancia de honrar y preservar todas las formas de vida, empezando por nosotr@s mismas, construimos en positivo esta propuesta. Los arquetipos de las Diosas son guías, mapas excepcionales para aclarar cómo creamos nuestras vidas. 
Hace miles de años (20.ooo datando con propiedad..), se veneraba a la Gran Madre, sustancia de vida, Creadora Cósmica. De la que todo procedía y a la que todo retornaba. Posteriormente, los primeros avances en tecnología social y material, en el Neolítico, en tierras muy lejanas unas de otras (Inglaterra, Malta, Catal Huyuk...) tenían algo en común, el culto a la Diosa. Si en el inconsciente colectivo, del que habló Jung, pudiéramos observar el estrato correspondiente al Neolítico, veríamos una visión de la Vida como constante celebración del Ser.  Una constante en la que la Diosa, era un símbolo de la Unidad vital en la Naturaleza. 
Existe un espacio dentro de nosotros que participa de la Unidad. Desde ahí, lo masculino y lo femenino se integran y reconcilian. La armonía reina, confabulando con la Danza de la Vida e invitándonos  a sentirnos, a descubrirnos como inmensos creadores de realidad. 
Lo Femenino sagrado rememora el valor de la Vida, del habitar conscientemente en espacios de luz y silencio, de posibilidad, de paz.